Todo empezó como un juego. Como siempre empiezan estas cosas. Un grupo de chalaos por la música, los deportes y las mujeres se enzarzan en discusiones bizantinas sobre canciones, sistemas de votación, ordenación, y todas esas fruslerías. Una buena excusa para repasar algunas de las mejores canciones (en español o alguno de los otros idiomas estatales) de todos los tiempos.
"lo malo de la vida suele ser lo mejor pues te hace sentir como un patán lo bueno de la risa suele ser que al final nadie quiere reír, sólo pueden llorar"
Creo que es imposible definir la vida más acertadamente con tan solo cuatro palabras. Ésa ha sido sin duda la principal habilidad (entre muchas otras) de los donostiarras: con lo más sutil, lo justo e indispensable, emocionar hasta lo irremediable, enamorar hasta lo irrepetible. Estas cuatro palabras que desvelan ese entresijo de dulzuras y dolores, de pasiones y decepciones, de catástrofes y alegrías que es la vida: imposible separarlas, imposible dividirlas, como mucho podemos tratar de ordenarlas para que su “disposición” sea la más adecuada posible. Ordenar sentimientos y experiencias, que se desordenan constantemente como una partida de Tetris en la que, cuando parece que todo va viento en popa, se te desliza esa pieza que malencaja y te vuelve a poner todo patas arriba. Y como repiten los cuatro primeros versos, hay belleza en lo malo, hay positividad en las cosas negativas, todo es cuestión de la forma de ver la vida, del prisma que apliquemos a nuestra vista. No deja de crearse un halo mágico en torno a todo este discurso, sobre todo viniendo de un grupo que se llama La Buena Vida.
La primera vez que escuché “Soidemersol”, y oí comenzar “Buenas cosas mal dispuestas” me quedé impactado. La delicadeza de sus acordes rasgados, la elegancia conque entra la batería y la solemnidad de las cuerdas comienzan a crear una emocionante y candorosa sensación que ya no te abandona durante todo el disco. Oyes las primeras palabras y no puedes hacer otra cosa que desmontarte, reinventarte, reconocerte y volverte a reafirmar en un proceso de deconstrucción personal que se me antoja esencia misma de eso que llaman “arte”. Pero tampoco hay buscar trascender: una melodía preciosa, unas voces candorosas, unos arreglos maravillosos, un final para erizar los cabellos hasta del que no tiene y una canción redonda. Y un disco histórico. Buena vida para todos. Autor:Jesús Sáez
álbum: "Submarines a pleno sol" año: 1987 sello: DRO / Tres Cipreses
"Ahora no me vengas con que estabas deprimida Espera los cuarenta, si quieres ser suicida"
Hace muchos años que soy fan de Los Nikis. Y he visto muchas veces caras raras cuando se lo he comentado a alguien. Aún así, Hace tiempo que dejé de justificarme porque me gusten. Ya no me esfuerzo en explicar a la gente que esa idea que tienen preconcebida de ellos es una tontería y un desconocimiento de su carrera, así que no voy a entrar a explicarlo aquí ahora. Ellos se lo pierden. Es una pena que por una canción (grande como muchas de las suyas) hayan tenido que vivir con ese estigma y la eterna pregunta durante 20 años.
Si algo caracteriza a los Nikis es su sentido del humor. Sus letras eran auténticos clásicos del humor o clásicos del absurdo (como “Quizás”). Muchas veces, lo que primero te llamaba la atención eran las letras de “La amenaza amarilla”, “Mi chica se ha ido a Katmandú”, “10 años en Sing Sing” o “Silvia Sobrini”, pero en seguida te dabas cuenta de que las letras no era su único fuerte. De la rabia punk del principio a las canciones más pop o más rock al final de su primera época (considero la segunda su retorno en 1998 con un disco de ingenioso título, “Masdelomismo”). En los conciertos siempre mantuvieron esa fuerza punk que les valió el sobrenombre de los Ramones de Algete. También geniales fueron sus adaptaciones de canciones de todos los estilos y épocas. Desde The Clash a Rosendo, pasando por Miguel Bosé o Lou Reed.
La canción que hemos elegido aquí es uno de sus clásicos. La letra cuenta la historia de una chica que ni siquiera se espera a los treinta años para deprimirse, y al cumplir los veinte, decide quitarse la vida acompañada por el protagonista de la canción. Una letra divertidísima y una canción memorable.
Los Nikis fueron una rara avis en su época. Eran pijos (no lo digo yo, lo dicen ellos), no se drogaban y no estaban interesados en vivir de la música. Y a pesar de ello firmaron uno de los capítulos más brillantes de aquello que la gente llamó la movida madrileña. Larga vida a Los Nikis. Autor:Rafa Llarena
"Lo he intentado de corazón Me hubiera encantado lo sabes señor. ¿Es cierto que no tengo? ¿Es cierto que no tengo? ¿Es cierto que no tengo ninguna vocación?"
El otro día, en una de las discusiones cíclicas que se producen en la lista de correo asociada a este top100 (¿tangas o bragas? ¿fondo de escritorio? ¿velocidad de descarga? ¿días de vacaciones?), hablábamos de las canciones que son a la vez tristes y alegres. En aquel caso concreto nos referíamos a Alegria de Antònia Font y su letra de lánguida tristeza acompañada de un divertido ritmo en la melodía.
En mi opinión, algo similar le ocurre a Septiembre. La despedida de un suicida, de un perdedor, de un descreído que grita con orgullo (¡nosotros no sembramos!) que no piensa vendimiar. Y aún así, la irresistible fuerza de la guitarra nos hace acabar coreando el septiembre hasta que pierde el significado y se transforma en un alarido gutural que honra a la señora de negro.
Más bien que mal, Los Enemigos son especialistas en este tipo de canciones: Rock bestial con referencias humorísticas a la religión y a la muerte. El grupo inicia su larga trayectoria hace más de 20 años en un Villa de Madrid que ganaron en el 85. A pesar de que los primeros tiempos difíciles, el talento (he oído llamar a Josele Santiago el mejor guitarrista español) acabó haciéndoles dar el salto de los primeros discos en una pequeña independiente a una multinacional. Como siempre se dice en estos casos, los mejores discos eran los primeros... o no.
Quizá tras esos momentos de hambre iniciales, el éxito se les subiera a las venas (ejem) y pasaran una pequeña mala racha, pero Fino aún tuvo tiempo de, por ejemplo, producir el primer disco de Los Planetas. Y aún así fueron capaces de remontar el vuelo hasta ese extraordinario final con una gira de despedida con un montón de amigos que acabó desembocando en un primer disco en directo: Obras escocidas 1985-2000. Nótese el humor marca de la casa en el título para el doble cedé donde se incluyen la mayor parte de los éxitos del grupo.
Quien tenga curiosidad podrá decidir si hemos elegido la mejor canción o debiéramos haber escogido otra. Hay tantas: Florinda; Desde el jergón; John Wayne; Sin hueso (1); Yo, el rey; An-tonio; Me sobra carnaval...
Pero no tardéis mucho en tomar una decisión, creo que voy a estrenar corbata hoy. Por fin haré algo de verdad, qué feliz soy.
(1) Sí, va sobre una mamada. En la gira de despedida la versionan los Planetas, que ya tenían experiencia con David y Claudia.Autor:Nosé DecirNo
"Mil campanas suenan en mi corazón ¡qué difícil es pedir perdón! Ni tú ni nadie, puede cambiarme"
Hace poco tenía yo el pedete lucido en un pub de la noche valenciana y encontré la felicidad.
Así como suena. Es fácil, si sabes cómo. En cierto momento de la noche, en que has echado un ojo a algunas posibles presas, sonríes y en ese momento comienza a sonar "Ni tú ni nadie". Se congela la imagen y ves en visión 3D que, en ese momento, todo el mundo está sonriendo. Todo el mundo parece feliz: las niñas que apenas son mayores de edad (no sé si sigue siendo costumbre de las adolescentes salir de casa con ropa más "modosita" y luego cambiarse), las minorías étnicas vendedoras de flores o mecheros, el alcohólico cincuentón y bigotón (no, yo no soy ése, no tengo bigote), las buenorras y los tíos cachas. Todos bailando, cantando y sonriendo a la limón (incluso los que bebían whisky con cola).
Y es que si alguna canción merece el calificativo de redonda es esta (muchas lo merecen, la verdad, pero hay que tirar de tópico). Un guitarrazos iniciales irresistibles, unos arreglos pintiparados, unos "ahhhhhhh" desmayantes y un estribillo demoledor. La felicidad comprimida en 3 minutos y medio.
Alaska y Dinarama llegaron a "Deseo carnal" en su mejor momento. La mesa de tres patas que formaban entonces Carlos G. Berlanga (el auténtico genio, el mejor sabueso de melodías de toda la saga), Nacho Canut (el "sonidólogo" del grupo) y Alaska (la personalidad desbordante, luego la mesa camilla pelirroja) lucía espectacular en aquel 1984, quizás el mejor año de la Movida. Ni antes con Kaka de Luxe ni Alaska y los Pegamoides, ni después con Fangoria, alcanzarían tal grado de excelencia en sus canciones. Quizás sólo el infravalorado Carlos Berlanga en solitario llegó a hacer canciones que hicieran sombra a las de "Deseo Carnal".
Pero la historia real, como la que nos cuenta la canción, terminó de manera amarga. Nos quedamos de todas formas con los dulces que nos dejaron en forma de canciones. Al fin y al cabo, la vida es así: agridulce. ¿No? Autor:Pedro Blasco
"Me entran ganas de cogerte y darte lo que te mereces, y darte todo y más"
Oh, nos encanta hablar de injusticias. ¿Cómo es posible que estos grupos que suenan tan mal dominen las listas de éxitos? ¿Por qué los nuestros no están en lo alto? Por ejemplo, ya hemos comentado sobre los Modelos o Zona Negativa y opino que los Surfin'Bichos es un caso similar.
Por varias razones. Porque en esta "lucha" creemos que las armas son las canciones y no nos entra en la cabeza que las pueda haber mejores que los subfusiles de la comida china o la pistola de la gente abollada. Porque estas canciones están formadas por melodías que reconoceríamos aún en sueños (prueba con el riff inicial de esta canción) y por letras que nos han servido para declararnos, para entristecernos, para hacernos daños, para sentirnos vivos. Mi elección personal: "No quiero verte para no querer morderte tanto, no quiero mirarte o mis pupilas dirán lo que yo guardo. Pero no respondo si me sigues provocando. No soy de piedra y creo que tampoco soy un santo".
Sí, ya sé que el fragmento de esta letra corresponde a otra canción que no es Fuerte. Sin embargo, quien ha seguido este grupo y sus diversas escisiones, reunificaciones, grupos paralelos está de acuerdo en que el talento se ha mantenido o incluso incrementado. En esta misma lista han aparecido o aparecerán canciones de Mercromina y Chucho.
Retomando el tema de las injusticias, ¿no debiera sonar "Aguacero al infinito" en las manifestaciones a favor o en contra de algún trasvase? ¿Por qué Tefal no se anuncia con "Cacharros de cocina"? Hummm, planteándolo así, quizá no sea tan divertido que estos grupos que sentimos como nuestros pasen a ser de todos. Sabemos que es egoísta, pero nos permite descubrir a alguien especial una canción que nos hace vibrar.
¿Al fin y al cabo no sería ridículo oír a los barras bravas cantar una canción como esta?Autor:Juan Sinmaría