viernes, 19 de julio de 2013

1 - "Mediterráneo" - Joan Manuel Serrat

álbum: "Mediterráneo"
año: 1971
sello: Zafiro / Novola

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.

Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...



Llegó con las primeras olas de la mañana. El sol se desperezaba aún cuando su gesto relajado y su sonrisa cómplice hacían acto de presencia en el paseo que acompaña esa zona rocosa de La Marina Alta, una tierra con la que nunca tuve nada en común, pero por la que hoy me siento absolutamente hechizado: el día que muera, quiero que mis cenizas bailen por aquí. Esperaba que el azul de sus aguas, la paz de sus fondos marinos, el verde orgulloso y radiante de ese Montgó todopoderoso que abriga las casas de Les Rotes, le conquistaran igual que lo hicieron conmigo.


Nunca pensé que aceptaría la invitación a tomar uno de mis, permítanme vanagloriarme, famosos arroces. Cuando le conté a mis compañeros que el artista que firmaba la que considerábamos mejor canción nunca hecha en España, iba a venir a mi casa, se quedaron sorprendidos al principio, aunque algunos se mostraron escépticos después. Restaron méritos al absolutismo con el que se valoraba su obra. Pero allí estaba, vestido de una manera elegantemente campechana, como un dominguero haciendo picnic en los jardines de Versalles.

Se sentó sobre una de las sillas de plástico que había debajo de la pérgola. Me pidió empezar con una cerveza muy fría. No lo hubiera imaginado nunca por la escasa carga de horas que todavía llevaba el día, pero lo cierto es que el sol prometía golpear con fiereza y contundencia ese domingo de agosto. Suspiró y echó un vistazo a su alrededor.

  • Es imposible no sentirse feliz en un entorno como este – apuntó.
  • ¿Es por eso que escribiste “Mediterráneo”? ¿Fue un sentimiento de felicidad como éste el que te llevó a componerla?
  • Reconozco que “Mediterráneo” ha pasado a formar parte de la memoria popular española, y que con ello ha abierto las puertas a que mucha gente se sienta identificada con ella, y por extensión por el amor a este mar, e incluso a algunos, por este país. Pero nada más lejos de mis intenciones. “Mediterráneo” llamó a mis puertas en un momento difícil para mí, en el que no me sentía cercano a nada – pegó un largo sorbo a la cerveza y masticó con cierto aire de nerviosismo un puñado de cacahuetes -. Todavía hoy dudo si hice bien o no negándome a cantar el “La la la”. La verdad es que el tema me gustaba mucho.
  • Y además, ahí tenías a Juan Carlos Calderón, que tanta luz le dio precisamente a tu disco.
  • Es cierto. Pero no quería formar parte de aquello. Por aquellos entonces creía en mis ideas, y que debía ser firme y consecuente con ellas. Lo pagué muy caro. Tú eres muy joven y puede que no entiendas la presión a la que pude verme sometido por semejante decisión. Pero lo cierto es que era algo que me venía de muy adentro.
  • Bueno, al menos el público catalán siempre te sería fiel.
  • No es exactamente así. Parte de mi familia habla castellano, y había muchos temas que salieron alumbrados así. ¿Qué le iba a hacer? ¡Aquello formaba parte de mi! Muchos me crucificaron por ello. Si a esto unimos el hecho de que nunca quise sacarme carnet de signo alguno...

Hubo un rato de silencio. Noté en sus palabras algo de resquemor, aunque predominaba la melancolía y una tristeza resignada. Traté de ayudarle a recobrar la viveza de hace unos segundos.

  • ¿Y para qué coño sirven las ideologías? - dije despechado, mientras lanzaba una mirada perdida al horizonte.
  • Para algo servirán.
  • Yo creo que no son nada. Las ideas deben ser el resultado de una experiencia, y tan solo tienen sentido en el momento en que van asociadas a emociones y sentimientos. Deben ayudarnos a ser más felices, a reforzarnos como seres humanos. Pero a día de hoy, las reflexiones, los pensamientos lanzados a través de los medios, están vacíos, no representan a nada ni a nadie, tan sólo a las represiones y las frustraciones de algunos que no se atreven a dar rienda suelta a lo que realmente son.
  • Echa el freno – me dijo con la paciencia del sabio que calma las galopadas de su alumno -. Las ideas y los principios son necesarios para ordenar la sociedad, para ayudar a hacer crecer al individuo. Aunque estoy de acuerdo contigo en que cobran sentido real cuando hacen más feliz al hombre.
  • ¿Acaso crees que tiene sentido que se pueda valorar el dinero por encima de las vidas humanas? ¿Que se pueda justificar la infelicidad de la gente por una cuestión meramente económica? ¿Qué ideas son esas? ¿Qué perturbado puede justificarlas?
  • Eso es lo grande que tiene el hombre, Jesús. Es un dios caprichoso, creador de naciones y culturas, de belleza y gloria, y asimismo, capaz de destruirlo todo a su propio antojo, a veces involuntariamente, llevado por sus propias ideas, pero por los sentimientos también. Es difícil aprender que hay algo en ti destructivo, que convive con la necesidad de vivir, pero así somos todos y cada uno, con ambos ingredientes condimentados en diferente medida.
  • Que me dejen en paz con sus historias de creación y destrucción. Con sus dioses y sus patrias. Yo solo quiero sentirme feliz aquí, al pie del mar, donde puedo estar con los míos y sentir que éste es mi verdadero hogar. No quiero sentirme utilizado para sus guerras ni para sus campañas. No siento que tenga nada que ver con ellos.

Giró la cara para mirarme a los ojos. Lo hizo con cariño, volviendo a su expresión relajada y condescendiente.

  • No sabes cuánto te entiendo, Jesús. No sabes cuánto.

Guardó unos segundos de silencio mientras volvía a girar su mirada al mar.

  • ¿Nos damos un baño? - propuso.
  • Está a punto de pasar el Balearia, y moverá todo el fondo del mar. Igual es mejor esperar a que el mar se calme para poder ir a bucear.
  • Vamos a disfrutar primero de las olas que levante. Ya veremos que haremos después.

Pasamos un día realmente estupendo. Seguimos hablando de lo divino y lo humano como si no fuésemos hombres, como si nunca hubiésemos formado parte de esa raza que tan poco entendíamos. Y precisamente eso, nos hizo sentirnos reconciliados con el mundo. Hablamos muy poco de música. Cuando se fue, cuando ya comenzaba a amenazar la oscuridad, sentí, curiosamente, la imperiosa necesidad de componer una canción.

Autor: Jesús Sáez

escuchar: "Mediterráneo" - Serrat
Mediterráneo by Joan Manuel Serrat on Grooveshark

video: Joan Manuel Serrat - Mediterraneo (DVD A Su Aire 1974)



más información: Joan Manuel Serrat en en Wikipedia.

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